1985. Montreal. Unos adolescentes, The Gruesomes, se juntaron teniendo muy claro aquello qué querían hacer y cómo querían sonar; sus referencias: canciones siniestras de los 60 y, en especial, la explosión que surgió en el 1966 con la música garage.
Poco a poco fueron consagrándose en el panorama del rock internacional, tenían tres álbumes en el mercado y muchas ganas de seguir llenando salas.
Con la entrada a los 2000 decidieron grabar el que sería su cuarto disco, su favorito. En este último trabajo habían podido enseñar todo lo aprendido y habían mejorado en todos los aspectos, sin dejar de lado su espíritu de los 60, algo que siempre les había distinguido.
Puede ser que su aspecto ya no sea el de unos adolescentes, pero su esencia y sus ganas de hacer vibrar los escenarios no han cambiado.